jueves, 25 de agosto de 2011

Inciso. El Edificio. Capitulo 5

EL:

Se hacia donde vamos. Aquella inmensa sala medio a oscuras que me costo mucho que ella no me viera. Fue una de las primeras veces que empece a seguirla, y creí por aquel entonces que ella aun no me veía pero ahora se que si. Creo que desde el primer momento lo hace. Siento vergüenza pero por otro lado curiosidad. ¿Por que no se ha girado nunca? La veo casi correr hacia la estancia, y se que es el final o quizás el principio... Entramos y se detiene. Ambos jadeamos por la carrera. La veo dudando y me acerco a ella tratando de recuperar el aliento. La veo girándose lentamente. Y allí esta. Ella. Con su carita angelical y sus cabellos alborotados, sonrojada y acalorada, temerosa hasta de sonreír. La veo temblar y me acerco a ella. Estoy completamente anonadado por ella. Me da miedo acercarme demasiado por si echa a correr o desaparece sin mas. Ella me mira sin apartar la vista de mi y empiezo a verla sonreír. Podría iluminar la sala entera con esa sonrisa. Y sus ojos cristalinos y azules se vuelven aun mas intensos. Me mira y alarga una mano, creo que quiere asegurarse de que soy real. Me acerco a ella un poco mas. La siento tan próxima que su aroma se cuela en mi mente. Da unos pasos hacia mi y quedamos uno enfrente del otro, a apenas unos centímetros de diferencia. Y sin mas sucede...

ELLA:

Cuando me giro lo veo a el. Por primera vez lo veo entero, sin nada que falsee su imagen ni la trastoque. Siento su agitación dentro de mi. Me mira y en ningún momento se le borra la sonrisa. Es mas creo que aun me sonríe si puede un poco mas. Una sonrisa llena de cariño y ternura en la que solo pienso en como sabrán sus labios. Seguro que dulces y tiernos. Siento su cuerpo aproximándose al mio. No puedo creerlo pero mi cuerpo avanza hacia el. Es como una necesidad imperiosa de tener que tocarle, hablarle, hacer algo, lo que sea. Intento articular palabra pero soy incapaz, así que permanezco con la boca cerrada para no parecer aun mas estúpida. Su pelo tiene unos rizos alborotados que me fascinan. Quiero tocarlos, pero no creo que mi locura llegue a ese extremo o quizás haga algo peor. Quedamos uno enfrente del otro. Noto su respiración frente a mi aunque sea leve, no se que hacer porque en mi cabeza solo pasa una cosa... Alargo la mano muy despacio y la poso en su pecho. Es real. Completamente real. Lo miro a los ojos y me doy cuenta de que yo también estoy sonriendo y entonces...

No hay comentarios: