De repente un día te levantas, sigues con la misma mierda de siempre, todo tu mundo funciona igual y nada cambia. Y recibes una llamada inesperada. Una llamada de alguien que echabas en falta y por razones desconocidas había desaparecido para ti. Y esa llamada, aun siendo de lo mas triste, consigue cambiarlo todo. Decides creer en lo que dice, quizás por una vez, confiando en que no te estén engañando. Total, no pasa nada por engañarme a mi misma a veces... viene bien para la autoestima. Pero con esa llamada, todo parece diferente. Te deja por los sueños y a la vez por las nubes. Mas altibajos. Pero la sonrisa la tienes, y que alguien consiga hacerte sonreír sinceramente resulta una novedad hoy en día. Así que agradecida y sintiéndote terriblemente bien por unos instantes decides agarrarte a esa sensación, aunque no traiga nada bueno para un futuro posiblemente cercano.
Por otro lado, las cosas buenas vienen acompañadas de muchas otras cosas malas. Parece que por cada pequeña noticia positiva tuviera que pagar un precio. Me paso la vida pensando que todo son castigos, el sentimiento de culpabilidad cuando me siento bien es enorme por que me paso mas tiempo pensando en lo malo que va venir.. y que termina viniendo. Tiene razón mi abuela, soy una agorera.
Y tu, que ni te das cuenta de lo que pasa a tu alrededor, sigues tu vida como si nada. Apareces, desapareces, y ahora has decidido quedarte. Al menos espero que te quedes el tiempo suficiente...
Tengo mil cosas que decir aquí, pero no tengo fuerzas aun para ponerlas en orden y contarlas. Cuando pueda prometo hacerlo.
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