lunes, 11 de abril de 2011

Capitulo 17. Aquí nadie fuma, nadie coopera.

Perdón por este gran paréntesis de días sin bloguear, me temo que mi enfermedad se ha apoderado de mi y no quiere soltarme. Aun así llevo días queriendo entrar a escribir y creo que después de un pequeño doping de drogas medicinales tengo claridad suficiente para empezar algo. Hoy volvemos a nuestros inicios y a escribir algo que no tiene ni pies ni cabeza.
Siempre me he quejado de que mi vida no tiene pausas en ciertos aspectos. Quiero decir, yo normalmente si estoy parada, me da miedo avanzar y tampoco quiero retroceder así que siempre me quedo observando lo que sucede a mi alrededor, que normalmente suelen ser miles de cosas en momentos equivocados. Sin embargo, estoy en un momento en el que soy yo quien avanza y lo de mi alrededor esta tan sumamente muerto que soy como una pelota de pinball que rebota por las paredes y nunca llega a caer del todo. Entonces tenemos la paradoja de que yo me muevo pero lo de mi alrededor no, y entonces, hacia donde voy? He perdido costumbres malas de antaño que me benefician, pero hacen mi vida mucho mas aburrida.
Tendemos a complicarnos las cosas, y veo normal que aquellos que sus vidas sean predecibles, rutinarias e inconclusas, tiendan a ello, pero y los demás? los que vamos buscando sin mas personas que nos complementen lo suficiente para dar el paso y vivir aquella vida que siempre hemos querido. Nos ilusionamos desde que somos pequeños, en que algún día estará ahí el príncipe azul o la princesa que todo lo hace bien.
Yo misma me pierdo en sentimientos que a veces no se afrontar, me doy cuenta de lo bloqueada que estoy, me meto en callejones sin salida, no consigo decir que no al mundo, y a veces meto la cabeza donde no me han invitado a entrar, y así luego caigo y caigo de tal forma que aunque vuelva a subir solo vale para levantar mas barreras. Una limpieza, un cambio de mundo, darle la vuelta a todo, enfadarme, gritarle, sentirme culpable, pero libre, no hay una necesidad de nada, y nadie necesita de mi. No es una excusa, ni es un sentimiento de depresión. No estoy deprimida, estoy aburrida. Donde esta la emoción? la ilusión? donde quedo todo aquello? No tiene la culpa nadie salvo yo, que he estado tan perdida que no soy capaz de encontrar la salida. Sigo día tras día rezando porque no me digan malas noticias, porque sea un día sin incidentes, un día sin nervios, un día sin disgustos, que todo sea sonrisas, que no haya malos pensamientos. Pero cada día hay una montaña mas encima y sin darme cuenta yo misma me voy encerrando, no es que este en un pozo sin fondo, estoy entre cuatro paredes y estoy tan sumamente cómoda que no me voy a molestar ni en encontrar la puerta. Esa es la desgracia.
Necesito conectar, sentir ese vinculo, esa fuerza, esa alegría y emoción. Algo reciproco, algo inusual, algo especial como siempre fue, algo que me haga reaccionar. Me da igual ir lento, pero quiero sentirlo. No me gusta darle mis emociones al vacío.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bienvenida a mi mundo... mi vida es una pelota de Pinball :S.